Gabriela Castillo destacó la importancia del acuerdo que transfiere a Terra Ignis las áreas hidrocarburíferas que YPF deja en Tierra del Fuego.
La ministra de Producción y Ambiente, Gabriela Castillo, celebró la firma del acuerdo que formaliza la transferencia de siete áreas hidrocarburíferas de YPF a la empresa estatal Terra Ignis, concretada este martes en la ciudad de Buenos Aires.
El entendimiento marca el cierre de un proceso iniciado hace más de un año, cuando la petrolera nacional decidió concentrar su actividad en Vaca Muerta, dejando progresivamente sus operaciones en otras provincias.
“Este acuerdo marca un hito, porque la provincia pasa a tener control directo sobre la explotación de sus recursos”, sostuvo Castillo en diálogo con medios fueguinos, al destacar que Tierra del Fuego se convierte en la última jurisdicción del país en completar la salida de YPF.
El convenio establece la transferencia de activos, infraestructura y materiales, así como un esquema de responsabilidades compartidas respecto de los pasivos ambientales. “Los de mayor complejidad quedaron en cabeza de YPF, mientras que los de menor impacto serán asumidos por Terra Ignis”, explicó la funcionaria.
En esta nueva etapa, la empresa fueguina buscará socios estratégicos para fortalecer la explotación y avanzar en tareas de exploración. “El objetivo no es solo sostener el área hidrocarburífera, sino hacerla crecer y generar valor agregado”, subrayó Castillo.
El acuerdo será enviado en los próximos días a la Legislatura provincial para su refrendación, junto con el pedido de extensión de las concesiones por diez años, requisito solicitado por YPF. Una vez aprobado, comenzará una etapa de cogestión entre Terra Ignis e YPF hasta marzo de 2026, cuando la provincia asumirá el control total de las operaciones.
Además, YPF continuará en Tierra del Fuego con tareas de remediación ambiental, incluyendo el abandono de más de un centenar de pozos y la reparación de instalaciones. “YPF se va de la explotación, pero no de la responsabilidad ambiental”, aclaró la ministra.
El traspaso representa, según Castillo, un cambio de paradigma para la provincia: “Nos permite decidir en qué invertir, cómo producir y con quién asociarnos. Es un desafío enorme, pero también una oportunidad histórica para el desarrollo energético de Tierra del Fuego”.
