El Dr. en Ciencias Biológicas, Adrián Schiavini, advirtió sobre el aumento de ataques de perros asilvestrados al ganado bovino en distintas zonas de la provincia. Alertó por la reproducción en silvestría y pidió fortalecer las estrategias de control.
El especialista en fauna rural explicó que el problema de los perros asilvestrados en Tierra del Fuego se ha intensificado durante los últimos años, con un notable incremento de ataques al ganado. “Estamos viendo cada vez más ataques al ganado. No necesariamente para alimentarse, sino como una estrategia de acoso que termina con animales heridos o empantanados”, señaló.
Según detalló, una de las causas de este fenómeno es la reducción de la producción ovina en el ecotono fueguino —la zona de transición entre el bosque y la estepa—. “En muchos campos la producción ovina se redujo drásticamente, y los perros, al quedarse sin esa presa habitual, empezaron a atacar al ganado bovino, sobre todo a los novillos más jóvenes”, explicó.
El especialista sostuvo que el problema se agrava por la reproducción de los perros en estado silvestre. “Hemos encontrado madrigueras y cachorros en varias zonas rurales. Eso significa que ya están reproduciéndose en silvestría y que estos animales no conocen al ser humano, son completamente salvajes”, advirtió.
También expresó preocupación por el riesgo que representan estos animales para las personas. “Hay grupos de hasta 15 perros que recorren los campos. Pueden atacar a quienes circulen por el área o realicen actividades como la pesca o el senderismo”, señaló.
Frente a los ataques, algunos productores comenzaron a utilizar perros protectores de ganado, una herramienta que resultó efectiva para la cría ovina. “El perro protector trabaja todo el tiempo. Detecta intrusos y reacciona de inmediato. Si bien es una inversión importante, se recupera con el aumento de la producción”, explicó, aunque aclaró que “todavía no existen perros protectores para el ganado vacuno”.
Sobre las políticas públicas, el especialista consideró que los programas de castración y educación en tenencia responsable deben analizarse con perspectiva de tiempo. “Decir que no funcionan sería apresurado. El año pasado se hizo un primer relevamiento de perros sueltos en las tres ciudades de la provincia y recién ahora tenemos una línea de base para comparar”, indicó.
Finalmente, remarcó que el avance de los perros asilvestrados “ya no es solo un problema rural, sino también ambiental y social”. Y concluyó: “Hay que actuar con rapidez y coordinación, porque cada año aumenta la cantidad de perros y el daño al ecosistema y a la producción rural”.
