El presidente Javier Milei desembarcó en Ushuaia en medio de un clima social y económico marcado por la incertidumbre, sobre todo por la escalada del desempleo en un sector clave como la industria electrónica. Su presencia en la capital fueguina generó expectativa en distintos sectores, aunque no hubo ningún tipo de anuncio para la provincia.
Durante su brevísima caminata por el centro de Ushuaia Milei repitió textualmente las palabras de su spot de campaña: la necesidad de ajustar el gasto público y reducir la intervención del Estado. También hizo hincapié en que no se puede volver atrás.
En este contexto, el único periodista que logró un mano a mano con Milei fue Cristian Meza, quien pudo trasladarle preguntas en primera persona. Su entrevista fue la única instancia de de entrevista, en laque dejó algunas definiciones: sobre la ‘contramarcha’ llevada adelante por sus detractores manifestó que “todos los que hacen tienen detractores, a los que no hacen nada no los critica nadie”. Asimismo dejó a entrever que la Ley 19640 no se va a tocar ya que “existen derechos adquiridos” y hay que cumplirlos, y que “el problema no es que Tierra del Fuego pague menos impuestos, sino que el continente pague tanto”.
La jornada también estuvo atravesada por la movilización de la militancia libertaria local, que organizó una convocatoria para recibir al mandatario. En paralelo, sindicatos, organizaciones sociales y sectores opositores marcharon en repudio a su llegada. El choque entre ambas movilizaciones derivó en momentos de tensión y desmanes que obligaron a modificar parte de la agenda oficial, complicando el cierre de la visita presidencial.
Lejos de despejar dudas, Milei dejó en Ushuaia una estela de interrogantes: ¿qué futuro tendrán los trabajadores de la industria electrónica? ¿Habrá políticas activas para diversificar la economía provincial? ¿Cómo se defenderá la posición argentina frente al Reino Unido en torno a Malvinas y la Antártida?
En definitiva, la visita presidencial reforzó un libreto ya conocido: gestos fuertes, anuncios generales y ausencia de soluciones concretas para Tierra del Fuego. Milei pasó por Ushuaia como un visitante ocasional, pero se fue sin hablarle de frente a los fueguinos.